“¡Frustración!,
sí, frustración, eso es lo que siento. La paciencia tiene un límite
y mi persona ha tocado fondo. Tanto la administración local como la
autonómica nos han abandonado, la contradicción no tiene límites y
en mi caso roza la locura.”
Así
empieza el audio de Mariajesús una mujer maltratada por las
administraciones que como muchas otras personas en el País Valencià
pusieron ciertas esperanzas en una ley, la de la Renta Valenciana de
Inclusión, que ha transformado esas esperanzas en un calvario. O
como afirma Manuela en un momento de su audio “esta ley no solo
no nos ayuda a quienes estamos en un estado de urgencia y necesidad
totalmente justificado, si no que nos sume en la desesperación y nos
aboca a situaciones muy lamentables”.
Cúantas
personas son? No lo sabemos, pero todas, de eso estamos seguras, se
arman de paciencia para gestionar la desesperación que les invade al
verse abandonadas por las administraciones que dicen protegerlas.
La
Generalitat, erre que erre, se niega a aplicar el silencio
administrativo positivo a aquellas personas que solicitaron la RVI y
ya está su expediente en el aplicativo, como son los casos de
Mariajesus, Manuela y Eliana.
Y los
ayuntamientos, como el Ajuntament d’Alacant o el de Torrevella,
cierran los servicios sociales por la crisis del coronavirus y
paralizan la tramitación de la misma ley dejando en la estacada a
personas como Fátima cuyo expediente, iniciado hace ya 12 meses
cuando presentó la solicitud en el registro de l’Ajuntament
d’Alacant, duerme en un cajón en espera de ser revisado en su
centro social, el nº7, donde estaban revisando, antes de su cierre, los
expedientes de enero de 2019, llevaban un retraso de más de trece meses.
Qué hacer
ante esta situación. Mariajesus y Manuela, ambas de Torrevella, y
Eliana y Fátima d' Alacant han decido hacer público el maltrato
institucional que están sufriendo, maltrato que solo podemos paliar
con nuestro apoyo.
Si les
escuchas quizás te des cuenta que nos necesitan para romper este
muro de silencio. Si les escuchas quizás entiendas que puedes ayudar
a que acabe ese sufrimiento y el de cientos y cientos de otras personas
que todavía no han dado el paso y han decidido contar lo que les
pasa.
Escuchales
y envía el correo exigiendo el silencio administrativo positivo,
silencio administrativo que no solo debe afectar a las personas que
su expediente llegó ya al aplicativo de la Generalitat, sino también
a aquellas como Fátima cuyo expediente no ha salido aún del centro
social correspondiente. Silencio administrativo para que puedan
COBRAR YA lo que les pertenece, pues como dice Eliana lo que están
esperando ”no es una ayuda, que es un derecho”.
Escuchales
no vaya a ser que Fátima tenga razón y “Si seguimos así
morimos de hambre no de coronavirus, morimos de hambre”
Entra
en este enlace y actúa
Está
en nuestras manos la solución.
audio de Manuela
audio de Mariajesús
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