jueves, 20 de junio de 2013

Jornadas sobre desempleo y la renta básica 2. Jornada del 15 de mayo

Y llegó el día 15, la prensa convocada, las autoridades informadas y la peña a la expectativa de lo que íbamos a hacer ¿lograríamos acampar? ¿conseguiríamos abrir el debate que deseábamos? Todo era una incógnita que en algunos aspectos quedó despejada ese día. El 15 de mayo, la plaza de la Muntanyeta y la palabra acampada eran tabú, eran incompatibles. La siguiente entrada es la crónica de ese día realizada por Javi un compañero de Toma la Plaza (15M) que estuvo allí. Los enlaces nos llevan a la repercusión mediática que alcanzó la jornada. Un abrazo. La redacción.

El día 15 de Mayo se cumplían dos años del nacimiento de este movimiento. En Alicante se celebró el Domingo anterior, y para la fecha señalada se reservaba otra importante acción, “La Acampada por la Dignidad”, que reivindica la Renta Básica para los desempleados.

Al margen de los objetivos de dicha “acampada”, lo sucedido ha sido lo siguiente.

Describir la situación vivida en la Plaza de la Montañeta estos dos días requiere de una primera explicación de cómo estaban distribuidas las fuerzas, por un lado de los “manifestantes” y por el otro de los agentes de policía.

Lo ocurrido ha sido un pulso, y esta vez hay que reconocer que nos hemos visto en la tesitura de tener que ceder temporalmente. De todos modos esto empieza de nuevo el día 27.

Bien, lo primero es explicar la distribución. Al llegar a la plaza a las 11:15 h. veo que el despliegue policial es asombroso, y totalmente desproporcionado. Hay 8 patrullas en total, 5 de la nacional y 3 de la local. Los agentes, con los cascos colgados del cinturón, rodean la plaza colocados cada pocos metros unos de otros, e impiden el paso a todo aquel que porte algo mayor que un bolso normal.

Dentro de la plaza hay 8 personas pertenecientes a las plataformas convocantes, todos ellos van con lo puesto, sin mochilas ni pancartas, ya que la policía ha dejado claro que no se puede entrar en la plaza con nada que llame a la concentración o sea susceptible de ser usado para acampar. Todos estos objetos están a tan solo 6 metros de distancia, apilados al otro lado de uno de los pasos de peatones que hay en la plaza, y guardado por otros 3 o 4 compañeros.

También hay un pequeño grupo de prensa reunido y esperando a ver qué pasa.

Yo entro en la plaza con una pequeña mochila, al verla dos agentes se me acercan y me piden la documentación, así como que les muestre el contenido de la mochila (en ese momento un libro y una camiseta del 15M). Siendo sólo eso, me dejan que la tenga conmigo. Sin embargo las mochilas de tamaño normal se tienen que quedar fuera, lleven lo que lleven, las neveras portátiles o los carros de la compra se tienen que desviar y seguir su camino esquivando la plaza.

Esta situación nos parece tan aberrante, que comentando con la prensa las razones de la acampada y la situación actual, un compañero hace el experimento de salir de la plaza y volver a entrar con una mochila para que la prensa lo pueda recoger. En efecto, la policía lo para y le prohíbe la entrada con el bulto. Todo queda grabado.

Entre las 11:40 y las 11:50 h. se habla con la prensa y se hacen las primeras declaraciones.

A las 11:55 h. se despliegan dos pancartas que un compañero ha conseguido meter en la plaza sin que le vean.

A las 12:00 h. tras las declaraciones y algunas fotos, la prensa se marcha, no sin antes dejarnos teléfonos de contacto “por si pasa algo”.

En algún momento que desconozco, pero entre las 12:00 y las 12:45 h. la policía informa a uno de nuestros compañeros que la “acampada” es ilegal, así como la concentración (que es lo que realmente habíamos notificado y pretendimos hacer), y que por lo tanto no podemos estar más de 19 personas en la plaza. También informa de que “tiene ordenes de sancionar y no dejar pasar nada susceptible de ser usado para acampar”. Dada esta situación se realiza una pequeña asamblea y se decide que durante el día y hasta que se solucione el tema de “los permisos” en la plaza no se queden más de 19 personas. Decidido esto, los agentes dejan de rodear la plaza, y pasan a simplemente estar en las entradas de la misma en grupos de 4 o más.

Poco después nos enteramos de por qué se nos ha denegado el uso de la plaza para la concentración. Al parecer es porque en la notificación con carácter de urgencia entregada el día anterior se especificaba las 11:00 h. como hora de comienzo, y ésta fue presentada o tramitada a las 12:15 h., por lo que no se ha respetado el plazo mínimo de 24 h. establecido por ley.

Ante esta situación se realiza una nueva notificación con carácter de urgencia para el día siguiente, y se decide pasar el día, y la noche, siendo siempre un grupo de como mucho 19 personas.

Yo tengo que dejar la plaza para trabajar desde las 16:00 hasta las 20:00 h. Al irme la policía permanece en su posición.

Al volver está lloviendo, y refugiados bajo los arcos de la entrada de Hacienda, hay un grupo de unas 35-40 personas, realizando reuniones y hablando sobre el cómo se va a afrontar tanto la acción en general, como la propia noche ante la amenaza de lluvia. La presencia policial se ha suavizado y se encuentran en grupos de 3 o 4, en los aledaños de la misma. Quedan unas 4 patrullas. En algunos momentos vienen más, en otros se van y dejan solo 3, pero la presencia policial es constante y siempre se interpone algún agente entre las mochilas y la propia plaza.

Cuando deja de llover, sobre las 20:30 h. vamos retornando poco a poco a la plaza, se acaba la reunión y mucha gente se marcha. Se ha decidido permanecer por la noche, y acogernos a nuestro derecho de pernoctar en la calle bajo las tipificaciones legales. Se ha consultado sobre la normativa y la legislación con varios abogados, y todos coinciden en que tenemos derecho a hacerlo, eso sí, sin que sea una acampada (sin tiendas de dormir). Ante esto la policía tiene una visión muy distinta. Ha sido muy tajante al respecto. Tienen ordenes de sancionar a quien intente acampar en la plaza. Según ellos, y en virtud de alguna ley, tienen derecho también a decidir qué es lo que se puede o no hacer en un lugar ante una situación excepcional, y esta, por el día y el lugar, lo es. Reconocen que podemos dormir en la calle si queremos, que no hay ningún problema con ello siempre que no seamos más de 19, pero que fuera de la plaza. Esa noche la plaza está en una especie de “estado de excepción” (estás palabras no son las usadas directamente por lo agentes, pero cuando un compañero lo comenta dan a entender que es así, aunque “ellos no han dicho eso”). En definitiva, nadie que permanezca en la plaza puede tener sacos, mantas, cojines, almohadas, lonas para evitar mojarse, esterillas, ni nada parecido. Tampoco pueden tumbarse en el suelo ni dormir, aún estando sentados en un banco y sin comodidad alguna.

Sobre las 22:30 h se habla un poco más con la prensa presente en la plaza y cenamos. Alguien ha traído coca de atún, tortilla de patatas, ensalada y algo de fruta. Poco después se marcha la prensa y quedamos un grupo de 18 personas, tan solo 8 con pretensiones de dormir allí.

Poco después se acerca de nuevo un grupo de agentes a nosotros (unos 10) y el que está al mando, nos recuerda de forma firme que no está permitido nada de lo que estamos haciendo y que por lo tanto es ilegal. Nos dice que no podemos estar en la plaza, y ya con un tono más conciliador nos invita a que nos vayamos a casa y volvamos el día siguiente a las 8. Le contestamos que no es esa la idea y un compañero comenta de broma que está muy lejos de su casa. El agente nos ofrece llevarnos a casa, y así dejar el lugar vacío (quiero destacar aquí que opino que era una oferta real. Los agentes insistieron al menos 4 veces en llevarnos ellos mismos a casa y que así dejáramos la plaza).

En algún momento cerca de las 23:50 se nos acerca un agente y nos repite que todo es ilegal, y que tiene ordenes de que “la plaza se quede limpia”, y que como eso no puede ser, pues que al menos saquemos las cosas que se han metido y que están prohibidas (una nevera con dos botellas de agua de litro y medio y 4 mochilas de compañeros que acababan de llegar). También nos comenta que durante el día han sido muy comprensivos con nosotros y nos han ayudado en todo en vez de estar a malas o sancionarnos como podían haber hecho. Aún así, nos vuelven a pedir la documentación.

Poco después unos compañeros y yo decidimos marcharnos. Uno se acerca al montón de mochilas para recoger la suya y un agente le dice que deje eso donde está. Ante la insistencia del chico, el agente le pregunta “Qué va a hacer con ello”, “A dónde va”, “Dónde vive”, “Cómo va a ir hasta su casa”, “Dónde tiene el coche” y finalmente decide “escoltarlo” hasta el vehículo.

Nos marchamos y por lo que cuentan los compañeros que han pasado la noche allí, lo sucedió ha sido lo siguiente.

La policía se metió en los coches. Estaban vigilando, han salido 4 veces a lo largo de la noche, cada vez con peor actitud y carácter, a advertir sobre su comportamiento a nuestros compañeros, por cosas como que en un momento dado y para sentarse en el suelo mojado sobre las 02:00 h., uno de ellos colocara un cacho de lona en el suelo junto a un banco (tuvo que quitarlo). O que a las 04:00 h. otro compañero se cubriera los hombros con una tela. En este momento además, ha bajado de la furgoneta con malas maneras el agente al mando y ha dicho que le habían llamado diciendo que había gente tapada en la plaza, y que como alguien más infringiera lo acordado, cogían a las personas convocantes, y las sancionaban con un mínimo de 6.001 € por cabeza, por la concentración ilegal de la mañana, y los 42 identificados que había.

No ha habido más incidentes hasta las 08:00 h.

Día 2.

La mañana pasa entre ojeras y comentarios, esperando hasta que se recibe la contestación a la notificación de concentración que se presentó el día anterior. En esta ocasión nos la deniegan porque a su parecer las razones expuestas para justificar el carácter de urgencia no son válidas. De modo que seguimos en la misma situación de “ilegalidad”. Ante esta situación, y vista la presión que durante todo el día y noche anteriores ejerció la policía, impidiendo que en la plaza se junten más de 19 personas bajo amenaza de sanción (reiterada a lo largo de la mañana) y que esto dificulta la realización de las charlas, asambleas y talleres planeados, se decide volver a notificar la concentración, en esta ocasión sin carácter de urgencia, a partir del día 27 de Mayo.

Según la legislación, y teniendo en cuenta los objetivos, no habría razones para que se nos denegara, de modo que en pos de poder realizar las actividades planeadas, se ha pospuesto la Acampada hasta el día 27 de Mayo.

Aquí han intervenido varios factores, que a mi parecer son importantes. El primero de ellos es que la Plaza de la Montañeta es, junto con el día 15 de Mayo un símbolo, y que si los poderes fácticos tenían miedo de que volviéramos a tomar las calles como lo hiciéramos dos años atrás. Cabe decir aquí, que esa no ha sido en ningún momento la intención esta acampada.

Por otra parte cabe aclarar que la decisión de irse se ha tomado sobretodo ante la imposibilidad de llevar a cabo las acciones que se consideran fundamentales para el buen funcionamiento de esta “Acampada por la Dignidad”. No se puede hablar de soluciones en grupos de menos de 20 personas.

También, y muy importante es ver hasta que punto ha llegado la represión. Se nos niega sin buenas razones, más que de naturaleza política, el derecho de reunión y manifestación, pero no sólo eso, sino que el propio día 15 en la plaza de la Montañeta se nos ha impedido incluso el mostrar cartulinas en las que pusiera un “Sí se puede”, es decir, hemos llegado incluso a tocar el derecho de expresión.

Lo vivido estos dos días ha sido para mi una muestra clara de lo que está sucediendo. Una demostración de fuerza por parte del estado, que no duda en recortar los derechos de los ciudadanos si a ellos les viene bien. Han pisoteado derechos tan básicos, nos han amenazado de manera tácita y explícita con tanta insistencia y descaro, han dejado tan claro que les da igual lo que pidamos, y la forma que tengamos de hacerlo, que no puedo por menos que pensar que esto ha dado un vuelco, y que de ahora en adelante las cosas van a ser cada vez más duras y peores. Este fin de semana tendremos confirmación o no de lo que digo aquí. Esperemos que no, pero de momento, y por lo que me consta, no soy el único que teme que de ahora en adelante, tendremos que andarnos con pies de plomo.

Como decía un compañero hace un par de días a la policía. Sería mejor que no nos prohibieran y pusiesen trabas a lo que reivindicamos, porque lo que nosotros hacemos es liberar tensiones e intentar cambiar las cosas por la vía pacífica. Si esta vía se agota, nosotros desapareceremos de escena, y la gente que nos sustituya no va a notificar sus acciones, ni va a intentar explicar las cosas con calma. Esa gente se va a olvidar de nuestra máxima de pacifismo, y va a tomar lo que le corresponde por la fuerza, sin importar si es legal o no, y sin importar si el de enfrente es policía o banquero.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/15/alicante/1368618163.html

http://www.diarioinformacion.com/alicante/2013/05/17/noche-rifirrafes-cuenta-edredon/1374628.html

http://www.diarioinformacion.com/alicante/2013/05/16/cerco-montaneta-15-m/1374146.html

http://www.lasprovincias.es/20130515/comunitatvalenciana/provincia_alicante/policia-naciona-impide-201305151453.html

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