¿Qué es la Marea roja?


" La marea roja comienza cuando las personas desempleadas nos damos cuenta que nuestra situación no es temporal y tampoco lo es nuestra marginación.
Cuando percibimos que si nos movemos algo puede cambiar. Cuando nos damos cuenta que somos muchas y no tenemos nada que perder.
Cuando asumimos que tenemos mucho tiempo para actuar y ha llegado la hora de salir a escena. Que tiemble el sistema, pues la Marea roja ha iniciado su marcha."

domingo, 6 de julio de 2014

Hoja Informativa nº 20. La Realidad es Tozuda

(Hoja informativa repartida todos los jueves del mes de junio (también en julio) en las oficinas del desempleo mientras recogemos firmas para la ILP por la Renta Básica)
Cara exterior diptico nº 20

Cara interior diptico nº 20
Por muchos cantos de sirena, por muchos brotes verdes que quieran vendernos, la realidad es tozuda. La EPA del primer trimestre de 2014 (el mejor indicador de la situación laboral del estado español) es contundente, la economía crece y el empleo baja:
Entre enero y marzo se destruyeron puestos de trabajo se mire por donde se mire y se cerró el trimestre con 16.950.000 empleos, la cifra más baja desde finales de 2002.
La EPA contiene más datos negativos. Sobre todo uno: la población activa —las personas en edad y disposición de trabajar— cayó en el último año en 424.500 personas. Eso permitió que, pese a que se siga destruyendo ocupación, menguara el paro (344.900 ) que acabó de esta forma el trimestre con 5.933.300 desemplead@s.
Ademas, el tipo de empleo creado es precario y con peores salarios. Las evidencias de esto en el último año se agolpan: el empleo indefinido sigue cayendo (-210.000) mientras el temporal repunta (152.500); los contratos por horas suben (55.700) y los que son jornada completa siguen cayendo (-135.200); y las horas extras no pagadas crecen hasta representar el 60% del total.
Los hogares con todos sus miembros en paro suman casi dos millones, y los que no tienen ingreso alguno alcanza los 736.900. Y por lo que respecta a l@s desocupad@s de larga duración, su número no deja de crecer: ya son 3,6 millones (el 61,6%).
A estos datos habría que sumar la de las personas residentes en España que emigran para buscar empleo, datos que no están actualizados pero que viendo los que tenemos desde que comenzó la crisis podemos hacernos una idea de lo que está ocurriendo.
(Un total de 390.206 españoles se han desplazado fuera de España para trabajar o acompañando a un familiar que ha emigrado por motivos laborales entre principios de 2008 y finales de 2012. Según datos del Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA), elaborado por el INE y recogidos en un informe de Adecco.
Por otra parte, el INE infrarrepresenta la realidad de la emigración, según reconoce el propio organismo. Los datos oficiales indican que se marcharon 2.186.795 personas entre el 1 de julio de 2008 y el 1 de julio de 2013, de las cuales el 11,98% (262.081) son españolas de nacimiento o nacionalizados. )
De todos estos datos podríamos quedarnos con uno, ya solo 16,950 millones de personas tienen empleo de una población total de 46,610 millones de personas y la economía crece. Por otra parte, según este dato y admitiendo (que es mucho admitir) que la economía de un país la sostienen las personas con empleo, podemos deducir que un tercio de la población mantiene al resto.
¿qué ocurre con el resto? ¿no hace nada? o ¿quizás dedica su tiempo a realizar trabajos que no entran en el mercado laboral?
Si de ese resto descontamos las personas menores de 16 años y las mayores de 65 (personas fuera del mercado laboral por ley) tenemos aproximadamente 13 millones que no acceden al empleo, 13 millones que o bien están atrapadas en la economía sumergida o se dedican a labores de cuidados, trabajos, estos últimos, que sostienen la vida y, en definitiva, evitan que la economía se derrumbe. Trabajos realizados sobre todo por las mujeres, (algo más del 80 % de las personas desempleadas -y no asalariadas- pero que ejercen estos trabajos son mujeres) Trabajos altamente productivos que no recoge el PIB. Trabajos que sostienen las necesidades más básicas y esenciales del ser humano: comida, limpieza, apoyo emocional... y que proporcionan además fuertes beneficios para el resto del "mercado de trabajo", beneficios que no proporciona el Estado al haber consentido y perpetuado la invisibilidad (y por tanto la no valoración económico-social) de estas labores. Trabajos que deberíamos hacer tod@s porque generan relaciones, calidad de vida y confianza. Trabajos que la sociedad debería valorar y no relegar al ámbito de lo privado sino reconocer la importancia social que tienen.
Entendemos que la Renta Básica proporciona un reconocimiento económico a estas labores (o trabajos) por el hecho de destinarse a todas las personas independientemente de su empleabilidad o no. La remuneración percibida por persona, si se aplicara la RB, rompería con la remuneración segregada por sexos y actividades, y, por extensión, las que no perciben salario (las de cuidados); pero son esenciales. Gracias a la Renta Básica cobrarían relevancia social y podrían modificar la relación inconsciente -pero atávica- que existe entre unos géneros y unos trabajos, es decir, tal vez no solo algunos hombres desearían ejercer la corresponsabilidad, cuando no la dedicación exclusiva, en los cuidados, sino que además podríamos poner fin a los géneros para alcanzar el estado de personas.
Por ello, por la importancia que tienen para la vida, por la necesidad de que tod@s participemos en esos trabajos, la Renta Básica se vuelve más necesaria que nunca; nos permitiría, entre otras cosas, ese tiempo necesario para llevarlos a cabo; les daría, en definitiva, el valor que tienen sin trasladarlos al ámbito salarial, porque ese no es su ámbito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario